Corrieron regueros de sangre

El verano de 1936 tiñó de rojo sangre las calles de Extremadura.

Este libro recoge, con imparcialidad y rigor, uno de los episodios más duros de nuestra historia.  

Ésta no es una novela más sobre la Guerra Civil española. Con la objetividad de unas diligencias judiciales, el autor ha buscado la más absoluta objetividad, narrando unos hechos, crueles y veraces, de manera amena, realista, dura y descarnada. Se desmontan falsedades históricas intencionadas que han calado en el subconsciente colectivo, dándolas por ciertas. Esto es lo novedoso de esta obra. 

En julio de 1936 se llevó a cabo un golpe militar, inicialmente contra el gobierno del Frente Popular, que dio origen a una cruel Guerra Civil y que arrastró y terminó con el Régimen Republicano.  Las conspiraciones golpistas, los crímenes, el inicio de la guerra y la represión llevada a cabo durante los primeros días del conflicto, se dan cita en este relato. El marco geográfico donde se mueven los personajes es en Extremadura, una tierra donde la guerra y la posterior represión fueron especialmente trágicas.

Esta obra pretende ser parte de la historiografía al servicio de la paz, la concordia y el diálogo. Nada se construye desde el odio, el rencor y la muerte. El perdón supone dejar atrás el resentimiento y la ira, y es paso previo a la reconciliación. Debemos aprender de la historia para no repetir los errores que se cometieron en el pasado. 

Esta novela no va a ser del agrado de los extremistas de izquierdas ni de derechas.